angellulli

Soy consciente de que no he escrito hace mucho tiempo. En parte me desconcierta esta decisión mitad deliberada mitad meditada que tomó mi subconsciente, pero aún así puedo hallarle sentido rápidamente en mi mente. Es tan fácil unir los puntos que me he empeñado en remarcar los últimos años, es tan fácil que lastima saber el porqué de mi alejamiento. Nada ha cambiado en mi interior en todo este devenir de circunstancias, nada de lo que me duele ha sanado. Supongo que en un principio creí que podía superar mis temores si solo imaginaba que no estaban ahí. Si fingía lo

Ignorame. Dale, tu puedes hacerlo. Piensa que puedes escapar de tu destino. Y es que no es pasible que no lo hagas tampoco. Yo sigo aquí, esperando comerme tus lágrimas. Rogándote el maldito protagonismo por lo menos unos míseros segundos. No me lo vas a dar No me lo vas a prestar No me lo vas a siquiera dejar presenciar Pero solo tu puedes engañarte, siempre puedes engañarte, siempre terminas engañándote. ¿Quieres que te quiera? ¿Crees que se pueda? Eres un asqueroso monstruo succiona tiempo. Te emociona pensar en cosas, yo me muero de ganas por hacerlas. ¿No quieres confundirte

-¿Por qué tuviste que destruirme?- grité -¿Disculpa?- declaró dubitativo y visiblemente contrariado. -¿Qué ganabas con eso?. ¿Acaso siempre creíste que sería como obtener un trofeo?- anhelaba con todas mis fuerzas que se desesperara al pronunciar siquiera una sílaba. -Creo que estás confundida- dijo mostrando los dientes, esos horribles dientes- Ni siquiera me acuerdo de tu nombre. -Eso ya lo habías dicho- respondí. -No puedo recordar tu cara salvo por esa estúpida foto de perfil- prosiguió. -Me lo hiciste saber. -Estoy con otra. -Lo mencionaste antes. -Tu

-¿Cuánto tiempo ha pasado?- dije casi a la deriva. -Quien sabe, tal vez una eternidad- contestó. Era mentira, como siempre. Si estaba conmigo era imposible que estuviera cansada o aburrida. -¿Crees que es gracioso?- le respondí enojada. No soportaba el hecho de que todo lo tomara a broma, pero obviamente, ella era así. -Claro que si idiota, ¿No puedo reírme en tu cara?- respondió socarrona y sonriendo de una manera en la que cortaría la leche con solo verla. La extrañaba, aunque me cueste admitirlo, la quería a mi lado a veces. Solo para hablar, por lo menos para ser amigas. Hab